La capacidad de aprender es una de las virtudes de los hombres y las mujeres, gracias a ellos contamos con el lenguaje, la cultura, e infinidad de ciencia y mecanismo que nos permita comprender el mundo y sus particularidades, intervenir en nuestra realidad y contribuir con las mejoras y desarrollo de nuestras vidas, la de nuestros pares y de nuestro propio hábitat, no obstante el aprovechamiento de esta capacidad pasa por una series de factores, y ninguno tan importante como el papel que el maestro ejerce sobre la educación, su responsabilidad se equipara a la de los padres, pues no es solo responsable de transmitir conocimientos, sino también de formar un selecto grupo que, voluntaria o involuntariamente, le confía una pequeña parte de sus futuro y de su prosperidad.
Que este 6 de junio día del maestro valga para reconocer el esfuerzo de todos aquellos hombres y mujeres que, más allá de las limitaciones y carencia de su oficio, comprenden la importancia de sus labor y la ejercen con amor y pasión, consciente que el enseñar es una ciencia pero también un arte que presupone una permanente creación, y que en el mundo de la educación las reglas y las estrategias no son flexibles, porque los hechos educativos no se repiten, ni tampoco los estudiantes.
Opinión.
Fuente. La Razón, La Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario